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miércoles, 24 de noviembre de 2010

Razones para leer clásicos



1-Lanzar un reto al joven lector
2-Abrir una ventana al mundo
3-Descubrir la complejidad de la trama y los personajes
4-Conectar con el mundo de los adultos
5-Ir a la fuente de películas conocidas
6-Desarrollar la capacidad de reflexión
7-Aumentar el espíritu crítico al encontrarse con planteamientos desconocidos
8-Trasladarse a otras épocas y culturas
9-Descubrir la literatura como metáfora de la realidad
10-Aprender a reflexionar e interpretar la propia realidad.



Cosette (Ilustración de Gérard Dubois), de Los Miserables de Victor Hugo, adaptación de Luc Lefort, Trad.Denise Macia y Guadalupe Rodríguez, Zaragoza: Edelvives, 2002

4 comentarios:

  1. Creo que primero habría que definir qué es un clásico. Creo que Ítalo Calvino hay un texto que se llama precisamente así Por qué leer a los clásicos... y hay una categoría, si mal no recuerdo, que dice que los clásicos los hace uno mismo (interesante) pero también los hacen los lectores de una época y en un tiempo determinados.

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  2. Efectivamente y podíamos entablar esta discusión, pero hay múltiples formas de enfocar el tema. Hay clásicos consensuados y otros autores sobre los que se discute al respecto. Lo que me parece importante es facilitar el acceso a ellos de la forma más natural posible. Yo he tenido alumnos de 14 años que se han hecho lectores con autores del siglo XIX, cosa quizás extraña o excepcional pero real. Rechazaban anteriormente otra literatura teóricamente más adecuada para ellos. De cualquier forma, leer y convertirse en lector, es un proceso muy personal y hay tantas formas de hacerlo como lectores. El descubrimiento de "nuestros clásicos", de los que hablas, no sólo es interesante sino apasionante.

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  3. Quizá existan más de las diez razones indicadas para leer clásicos, pues su lectura es muy beneficiosa. Si se trata de una elección libre y no de una imposición para el lector, la lectura de obras clásicas es recomendable, pues son obras de calidad que ayudan a acceder al imaginario compartido y a comprender la intertextualidad cultural. Además, son obras que forman parte de la esencia de nuestra sociedad y, por lo tanto, ayudarán a socializarse al lector.
    La imagen de “Los Miserables” de Víctor Hugo me recuerda que en mi adolescencia leí este libro por casualidad y me dejó gratamente asombrada. Como bien indica, Ana María Navarrete, hay que facilitar el acceso a estos libros, pues muchos jóvenes pueden hacerse lectores gracias a ellos. No todos somos iguales y por ello, las preferencias de los alumnos/as varían y no se sentirán atraídos por las mismas obras. Es muy importante dar libertad, opciones y mostrar diferentes géneros.

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  4. He llegado a este hilo por que me he sentido plenamente identificado con los puntos siete y nueve. En mi infancia recurrí a leer Romeo y Julieta o La iliada por que mi profesor de literatura me confesó que estas obras ya trataban temas que actualmente se estaban dando. Me decidí por ello y hoy en día tengo mucho que agradecer a dicho profesor.

    Mirando los diferentes puntos expuestos arriba, creo que abarcan mucha de las dimensiones que suscitan los clásicos. Pero creo que cómo docentes o futuros docente debemos tratar de encontrar nuevos propósitos para la utlización de estos. Debemos adaptarnos al entorno actual de los alumnos y tratar de contagiar del modo que podamos el interés por estas grandes obras.

    Comentario realizado por Valentín Pérez Cuevas, cursando Literatura Infantil en el Grupo de 201 de Grado de Educación Infantil

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