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viernes, 19 de febrero de 2010

Clásicos en el aula

“A mis alumnos de Literatura Universal de 2º de Bachillerato, de la promoción 2002-2003, que me dijeron algo maravilloso: “Ana María, nos has enseñado a pensar”

Enseñar a leer

“La lectura hace al hombre completo. La conversación lo hace ágil. La escritura lo hace preciso” (Francis Bacon)


Los profesores de Lengua y Literatura tenemos una serie de retos cada vez más grandes. Se nos plantean muchas cuestiones relacionadas con el currículo que hay que desarrollar, pero también otras de índole social, como si fuéramos los únicos que debemos abordarlas. El objetivo primordial de la asignatura, “ enseñar a leer y escribir correctamente” parece una perogrullada, sobre todo en determinados niveles en los que dicho planteamiento debería estar ampliamente superado, sin embargo el lamento de todos es cada vez más fuerte, no sólo en Secundaria, sino en Bachillerato e incluso en la Universidad. El grito desesperado de “¡no saben leer y escribir!”, se convierte en una queja socialmente generalizada, a la que pocas veces se pone realmente solución, ya que no está de moda saber expresarse correctamente, sino chillar, insultar o soltar palabras inconexas en un tono que se corresponde más al gruñido que al lenguaje articulado del ser humano.
Ante tal situación caben muchas actitudes y respuestas y el profesor de Lengua suele pasar del sentido de culpabilidad al deseo de implicar a todo el Claustro en la enseñanza-aprendizaje de la lengua, porque enseñar a hablar, a leer y a escribir correctamente, parece tarea de todos. En este intento una vez más encuentra serias reticencias y vuelve a entrar en un círculo difícil de romper, comparable solamente a aquel en el que se mueven los personajes de “Cien años de soledad”. Por fin logra pasar de un sentido de culpabilidad a un ataque de idealismo que le coloca en la vanguardia de una batalla similar a cualquiera de las de Don Quijote. Dicha batalla se libra en el aula con el arma de la Lengua en ristre, preparado para arremeter contra el gigante de la tan traída y llevada ignorancia manifiesta o analfabetismo funcional, intentando salvar a los alumnos de un mal que afecta a toda la sociedad.
De dicho combate se sale unas veces airoso y otras un tanto magullado, dependiendo de muchos factores, entre otros de cómo se tome conciencia y se pulse la realidad del molino que bate sus aspas cada año ante un cuerpo docente al que todo el mundo se atreve a decir lo que tiene que hacer, sin haber pisado jamás un aula. La legislación cambiante, el exceso de burocracia y el cuestionamiento social de una profesión tan bella como dura, son elementos que dificultan los proyectos que se quieren emprender. Pero dejando a un lado esta situación, conocida, aunque no reconocida, por todos, tengo que decir que yo personalmente he tenido mucha suerte en los años que he pasado enseñando, porque he tenido un público muy agradecido y preparado, a pesar de los avatares de los tiempos y también a pesar de ver y constatar, que el nivel de competencia lingüística de mis alumnos descendía de un año para otro a pasos agigantados, gracias a muchos de los factores a los que he aludido anteriormente.

Los retos

Uno de los grandes retos a los que, como todos los profesores me enfrentaba al inicio del nuevo curso, era el de la lectura.

Hacer lectores para hacer pensadores, ha sido y sigue siendo el objetivo fundamental de mi trabajo, de ahí que me haya volcado, como tantos otros colegas, durante años, en la búsqueda del cómo y qué hacer leer a mis alumnos para que amaran la literatura.
Del deseo de leer nacerá una mejor expresión y una mayor capacidad de reflexión y por tanto una actitud crítica ante el mundo que les rodea.
Saber interpretar personalmente la realidad, me parece uno de los objetivos más importantes de la educación hoy, dado el bombardeo de información y la manipulación de las mentes ejercida a través de los medios y de la publicidad.

La lectura en general y la de los clásicos en particular, desarrolla y fortalece la personalidad, por tanto la confianza en uno mismo y la libertad.
Me atrevo a decir que el entusiasmo personal es el único realmente capaz de convertir en algo mágico el momento dedicado a los clásicos en el aula.

Harold Bloom en “Cómo leer y por qué”, dice: “No hay una sola manera de leer bien, aunque hay una razón primordial para que leamos. A la información tenemos acceso ilimitado, pero ¿dónde encontraremos la sabiduría?
Si uno es afortunado tal vez tope con un maestro que lo ayude; pero al cabo está solo y debe seguir adelante sin más mediaciones. Leer bien es uno de los mayores placeres que puede proporcionar la soledad, porque al menos, según mi experiencia, es el más saludable desde el punto de vista espiritual. Hace que uno se relacione con la alteridad, ya sea la propia, la de los amigos o la de quienes pueden llegar a serlo. La invención literaria es alteridad, y por eso alivia la soledad.



Virginia Wolf decía que “el único consejo que una persona puede darle a otra sobre la lectura es que no acepte consejos”, sin embargo añade que “es preciso no dilapidar de manera ignorante y lastimosa nuestros poderes”, hoy diríamos energías, a lo que Harol Bloom añade: “mientras uno no llegue a ser plenamente uno mismo, recibir consejos puede serle útil y hasta esencial”, lo que nos sitúa plenamente en el terreno que queremos conquistar.

Principales dificultades a la hora de elegir las lecturas

Todos somos conscientes de la gran dificultad de los adolescentes para leer los clásicos españoles, especialmente los del Siglo de Oro, ¿por qué?
Una respuesta muy simple, pero que responde a la realidad, es la distancia en el lenguaje y el distanciamiento en el planteamiento de los temas, aunque se trate de temas universales.
Ante este extrañamiento y distanciamiento se plantea uno la pregunta de si lanzarse a proponer poesía, teatro, novela, o cuento.
Por un lado nos sentimos en la obligación de introducir las lecturas que corresponden al programa de literatura española, ya que en estos programas se deja un espacio prácticamente nulo a la universal, pero sentimos una tentación fuerte de escapar en busca de aventuras.
Cuando el profesor se encuentra en esta disyuntiva, porque quiere intentar algo nuevo, creo que debe ser heterodoxo y apelando a la libertad de cátedra, que parece haberse olvidado, hacer lo que su intuición y su razón le digan. El sentido común y la experiencia propician generalmente buenos resultados.

En busca de aventuras

Leer es una aventura personal y colectiva, y como tal merece la pena vivirla.
Es importante estar convencidos y seguros de lo que hacemos, que en este caso no es ni más ni menos que transmitir la propia afición.Es fácil constatar en este y otros campos, que los alumnos se interesan o al menos se interrogan sobre un tema, cuando el profesor siente por aquello una especial fascinación.
Para hacer leer, es clave ser lector.
A preguntas que se hacen entre ellos como ¿Por qué siempre lleva un libro en la mano? ¿Cuándo leerá tanto? ¿Y no se aburrirá leyendo?, se suceden otras directas: Profesor ¿de qué va ese libro? ¿De verdad que no vio el partido de ayer porque estuvo leyendo?
O sea, descubren paulatinamente que la lectura no es una asignatura para examen y que el tiempo de ocio se llena de muchas maneras.
Sin ninguna duda, nuestro convencimiento, entusiasmo o fascinación por los libros, son el mejor argumento para la transmisión del conocimiento, en este caso literario y para despertar el interés por leer.
Y ya no resultará raro ni forzado plantear una serie de lecturas, porque ven que partimos de nuestro propio interés, de algo mágico que poseemos y queremos compartir, no lo abordamos en un plano de rigor académico, porque vamos a leer novelas y cuentos de aventuras, de amor y de misterio.

Los clásicos en el aula

En primer lugar deberíamos acotar el tema, porque tan clásicos son Cervantes y Shakespeare como Tolkien y Roald Dahl. ¿Qué hacer entonces?
Quizás lo más sabio sea combinarlo todo, en función de lo que queramos conseguir.

Mis propuestas son las siguientes:

Primera etapa de ESO
1º ESO
(12-13 años)
Una sorpresa: Caperucita roja de Perrault
La lctura de este cuento en su versión íntegra y original, es un buen punto de partida para iniciar al alumnado en la literatura y llamar su atención sobre el hecho de leer, porque es un cuento que todos conocen. La lectura en voz alta por parte del profesor en clase es impactante, porque no reconocen esta versión y enseguida dicen que no es así. Todos guardan en la mente las versiones posteriores en las que de un modo u otro Caperucita se salva. Aceptar el final trágico del cuento es uno de los primeros pasos a dar cuando se propone esta historia.
La polémica hará que traigan diferentes versiones, incluida la políticamente correcta, la lectura de unas y otras viendo qué elementos permanecen y cuáles han sido modificados, hará ver que la literatura está viva, que no es un arte estático, sino que en cada lectura puede haber una interpretación y de ella se pueden extraer nuevas ideas.

Adaptaciones: Los Miserables de Víctor Hugo adaptación de Luc Lefort, traducción de Denise Macia y Guadalupe Rodríguez, Ed. Edelvives, 2002
Ilustración de Gérard Dubois
Esta lectura supone un pequeño avance en la lectura de los grandes clásicos de la literatura universal. Es el momento de despertar la curiosidad descubriendo que los grandes autores son fuente de inspiración para obras posteriores y que sus obras, en concreto los Miserables, han sido convertidas en ocasiones diversas en guión cinematográfico, incluso transformándolas en dibujos animados, como ocurre con otra obra de este mismo autor, Nuestra Señora de Paris, convertida en El jorobado de Notre Dame que todos conocen por Walt Disney.

2º ESO (13-14 años)
La desmitificación de los fantasmas: El fantasma de Canterville de Oscar Wilde
Siempre me ha dado buen resultado comenzar el curso con esta lectura que es breve, tiene humor, enfrenta dos mentalidades, la británica y la americana y ha sido también adaptada al cine.
Su lectura y comentario sirven para arrancar, para perder el miedo a leer, para saber que hacerlo puede ser divertido.

Los clásicos íntegros: La isla del tesoro de Stevenson


En el segundo trimestre los lectores de este nivel, descubren que una trama con cierta complejidad y aventuras bien narradas, asoma a mundos diferentes, con los que muchas veces se ha podido soñar. El protagonista de esta obra tiene más o menos la edad de los lectores y vive una serie de acontecimientos que difícilmente pueden decepcionar.
Para que nadie se sienta fracasado a la hora de leer, es decir, para que cualquiera pueda terminar el libro propuesto, se puede dar a elegir entre la versión íntegra y la adaptación, tanto en esta obra como en El extraño caso del Doctor Jeckyll y mister Hyde . Stevenson es uno de los autores preferidos a esta edad.

2ª etapa de ESO
3º ESO
(14-15 años)
En este nivel y en ocasiones antes, se empiezan a leer los clásicos españoles , haciendo por ejemplo una selección de cuentos de El Conde Lucanor o leyendo el Poema de Mio Cid, para seguir el programa de Historia de la Literatura Española. Yo sinceramente no creo que sea en absoluto acertado y estoy cada vez más convencida de que deberían utilizarse Antologías de textos con este fin, en las que la poesía y el teatro, incluso preparado para ser representado, ocuparían un lugar excepcional.
Sugiero continuar con las novelas del siglo XIX íntegras, intercalándolas con novelas en las que en la mayoría de los casos se tratan temas claramente de actualidad, como las de la colección Alandar de Edelvives, por ejemplo.
La secuenciación de las lecturas podría ser: Una novela de la colección Alandar, La flecha negra de Stevenson, otra de Alandar, Trafalgar de Galdós y una obra de teatro para representar, en concreto El maleficio de la mariposa de García Lorca, que a pesar del carácter extraordinariamente simbólico o quizás por eso mismo, se adapta perfectamente a esta edad.

4º ESO (15-16 años)
Normalmente se reproduce el esquema anterior aumentando claramente las lecturas de literatura española clásica, continuando con una carrera de obstáculos difícilmente salvable, lo cual no quiere decir que aquí no se puedan alternar, pero siguiendo con lecturas de carácter más lúdico o informal, donde primen las aventuras, la intriga y los temas de actualidad.
La situación en las aulas en 4º es bastante parecida a la de 3º de ESO y la mano izquierda, la posibilidad de elegir y de debatir sobre los temas leídos, es importante para la formación de estos lectores.
Arrancaríamos una vez más con una novela de la colección Alandar, que se seleccionaría entre todos por el tema, después la Antología de relatos policiacos y luego otra obra de la colección Alandar. Para final de curso sería bueno volver a representar una obra teatral como La venganza de Don Mendo de Pedro Muñoz Seca que es un éxito asegurado

Bachillerato
1º Bachillerato
(16-17 años)
El nivel de lectura se eleva en ocasiones de tal modo, que se comienza el curso leyendo La Celestina. Esta lectura se convierte en un calvario incluso para los alumnos más aventajados, por la dificultad en la comprensión del lenguaje entre otras. Sin embargo no ocurre igual con la lectura de El Quijote, de la que recomiendo hacer una lectura esencial siguiendo las pautas que marca el Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Dr. D. Florencio Sevilla, en la edición que de esta obra hizo la Editorial Castalia en el año 2002. El castellano de Cervantes propicia ya el acercamiento a la obra, cosa que no ocurre en épocas anteriores a no ser que se lea una versión en castellano actual.

A continuación se puede leer para cambiar de época, extensión y planteamientos, La Metamorfosis de Kafka, de cuya lectura los alumnos guardarán un recuerdo imborrable por impactante. A continuación retrocedemos otra vez en el tiempo para leer una obra de teatro de Shakespeare, en concreto Hamlet, otros de los grandes mitos de la Literatura Universal .

2º Bachillerato (17-18 años)
a) Lengua y Literatura española (Asignatura obligatoria)
Cualquier profesor de este nivel conoce las lecturas obligatorias que debe preparar para Selectividad. Este curso no permite una elección ilimitada. Es difícil convencer a la mayoría de los alumnos de la importancia de una lectura detenida de las obras para enfrentarse al examen, pero la mayoría también accederá si se dan buenas claves de lectura y si se hace en clase un análisis minucioso de la obra elegida y se justifica dicha elección, ya que todo este proceso facilitará enormemente su posterior trabajo.

b) Literatura Universal (Asignatura optativa)
Esta es la asignatura que todo profesor de literatura desearía tener.Permite dar un curso totalmente al margen de cualquier programa, ya que no es una asignatura para Selectividad . Deberían estar matriculados en ella sólo los alumnos con mayor interés o no, quizás el Centro deba ofrecerla con carácter prácticamente obligatorio, para ayudar a las nuevas generaciones a descubrir el mundo que encierra la Literatura, que es, ni más ni menos, el UNIVERSO en su totalidad.
Leer Otra vuelta de tuerca, de Henry James es buen comienzo de curso, después El guardián entre el centeno de Salinger, Desayuno en Tiffany’s de Truman Capote, Farenheit 541 de Ray Bradbury y El halcón maltés de Dashiell Hammett, despiertan especial interés, porque propician temas para debate sobre la personalidad, la búsqueda de la propia identidad, el valor de la cultura que otorga libertad al individuo y la verdad.
Es un año en el que sin embargo la lectura está muy condicionada por la preparación de los exámenes de selectividad y por las lecturas obligatorias de la asignatura de Lengua, lo cual quiere decir que la lectura será consensuada después de un planteamiento claro de las obras y de la asignatura.
Los comentarios del profesor propiciarán el debate y la escritura a partir de lo leído, así como sesiones cinematográficas que permitirán ver cómo son las adaptaciones de las obras clásicas.

En síntesis, el trabajo de cada curso irá encaminado a un descubrimiento paulatino del hecho de leer, qué es y qué supone para alguien descubrir personalmente que todo lo que somos, hemos sido y seremos los seres humanos, está contenido y reflejado en el Arte, en este caso, el Arte de la Palabra, es decir, en la Literatura.


Bibliografía recomendada

•Bértolo, Constantino: Introducción y apéndices de la Antología de relatos policíacos, Ed. Edelvives, Zaragoza 2004
•Bloom, Harold: Cómo leer y por qué, Col. Argumentos , Ed. Anagrama, Barcelona 2000
•Girard, René: Mentira romántica y verdad novelesca, Ed. Anagrama, Barcelona 1985
•Foster, E.M.: Aspectos de la novela. Col. Pensamiento, Ed. Debate, Madrid 1990
•Lodge, David: El arte de la ficción. Col. Ficciones, Ed. Península, Barcelona 1998

Bibliografía de los libros anteriormente citados

•Bradbury, R.: Fahrenheit 541, Ed. De bolsillo, Barcelona
•Capote, Truman: Desayuno en Tiffany’s (Trad. de Enrique Murillo) Col. Compactos, Ed. Anagrama, Barcelona, 9º Ed. 2002
•Cervantes, M.de: Don Quijote de la Mancha, Ed. De Florencio Sevilla, Ed. Castalia, Madrid 1998, (2ª Ed. 2002)
•García Lorca, F.: El maleficio de la mariposa Col. Letras españolas, Ed. Cátedra, Madrid 1999
•Hammett, D. El halcón maltés (Trad. de Fernando Calleja), Ed. Alianza, Madrid 1990
•Hugo, V.: Los miserables (Adaptación de Luc Lefort), Ed. Edelvives, Zaragoza,, 2002
•James, H.: Otra vuelta de tuerca, (Trad. José Bianco), Col. Escolar, Ed. Siruela, Madrid,2003
•Kafka, F.: La metamorfosis y otros relatos (Edición, introducción, selección, notas y actividades de José Hamd), Col. Clásicos juveniles, Ed. Edelvives, Zaragoza, 2004
•Muñoz Seca, P.: La venganza de Don Mendo, Col. Austral, Teatro, Ed. Espasa-Calpe, Madrid, 2003
•Pérez Galdós, B.: Trafalgar (Versión adaptada de Elia Barceló), Ed. Edelvives, Zaragoza, 2003
•Pérez Galdós, B.: Trafalgar (Versión íntegra) Alianza Ed., Madrid, 2002
•Perrault, Ch.: Caperucita roja (Cuentos de Charles Perrault), Ed. Edelvives, Zaragoza, 2003
•Salinger, J.D.: El guardián entre el centeno, (Trad. de Carmen Criado, cedida por Alianza ed.) E. Edhasa, Barcelona, 1997
•Shakespeare, W.: Hamlet (Introducción, traducción y notas de José Mª Valverde), Col. Clásicos Universales Planeta, Barcelona, 15ª Ed., 1997
•Stevenson, R.L.: La isla del tesoro (Adaptación de Claire Ubac) , Ed. Edelvives, Zaragoza,, 2000
•Stevenson, R.L.: La isla del tesoro (Versión íntegra) (Trad. Fernando Santos) , Col- Biblioteca juvenil, Alianza Ed., Madrid, 2002
•Stevenson, RL.: El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde (Adaptación de Luc Lefort), Ed. Edelvives, Zaragoza, 2001
•Stevenson, R.L.: El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (Versión íntegra), Col. Tus libros Selección, Ed. Anaya, Madrid, 2001
•Stevenson, R.L.: La flecha negra (Edición, introducción, selección, notas y actividades de Eusebio Delgado), Col. Clásicos juveniles, Ed. Edelvives, Zaragoza, 2004
•Varios autores: Antología de relatos policiacos (Edición, introducción, selección, notas y actividades de Constantino Bértolo), Col. Clásicos juveniles, Ed. Edelvives, Zaragoza, 2004
•Wilde, O.: El fantasma de Canterville, Col- Tus libros Selección, Ed. Anaya, Madrid, 2003
•COLECCIÓN ALANDAR, Ed. Edelvives (Temas de actualidad)

En el año 2004 La Editorial Edelvives celebró su I Congreso de Literatura Infantil y Juvvenil, en Santander. Fui invitada a presentar este trabajo a otros profesores. Se publicó en las Actas de dicho Congreso, aunque está, al igual que los otros artículos ya publicados que presento en el blog, revisado y corregido.

6 comentarios:

  1. Hola,
    Recuerdo que algunas lecturas obligatorias se me hicieron bastante pesadas, pero sí disfruté con otras: Mecanoscrit del segon origen de Pedrolo, Jim Botón y Lucas el maquinista de Michael Ende, Rebeldes de Susan E. Hinton, El misterio del cuarto amarillo de Gaston Leroux, Tres sombreros de copa de Mihura o La sonrisa etrusca de José Luis Sampedro. Seguro que me dejo alguna...
    Me hubiera gustado leer a Bardbury o Salinger, pero no me tocó.
    Saludos,
    Tanakil.

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  2. Buenas tardes,

    me llamo Daniel Cabrera y soy profesor de lengua. Este curso pasado ha sido mi primer año dando clases y, tras esta primera experiencia, hay algo que no me quito de la cabeza. Necesito inventar un método alternativo a las lecturas obligatorias.
    En casa tengo una buena colección de literatura juvenil, una que sacó la editorial Planeta hace muchos años bajo el título de "Biblioteca mundial de grandes aventuras". Fue un regalo de mis padres que no leí en su momento (porque me obligaban a leer y eso convertía la lectura en algo malo).
    Mi idea es la de leerme ahora todo el catálogo y ofrecerles a mis alumnos la posibilidad de que ellos elijan. Pero me encuentro ante un pequeño problema, y es que no sé qué parámetros seguir para clasificar cada libro por edades (o por cursos de la ESO).
    Llevo buscando en blogs especializados algún consejo que me ayude con esta tarea. Me ha gustado mucho su artículo y pensé que quizá usted podría orientarme un poco.
    Le dejo mi e-mail por si usted tuviera tiempo, y ganas, y alguna solución que compartir conmigo:

    Daniel Cabrera: encuentremeaqui@gmail.com

    Muchas gracias por su atención y por construir un blog tan interesante.

    Daniel.

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  3. Me ha gustado mucho el artículo. Creo que los profesores deben de replantearse la forma de enseñanza de la lectura en la escuela, ya que ofrecen a los alumnos unas obras que no hay quien entienda y que son bastante aburridas en general. Personalmente adoro leer, pero creo que el mérito de eso lo tienen mis padres, que me abrieron un mundo totalmente diferente al que me ofrecía la escuela.

    Yahomai Martínez Fabra
    3º Educación Primaria
    Universidad Pontificia de Comillas

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  4. El otro día vi la película “El profesor” dirigida por Tony Kaye y protagonizada por Adrien Brody y vinieron a mi mente muchas de las cosas de las que se hablan en este blog. Se trata de una película tremendamente dura que pone de relieve varios de los problemas de la sociedad de hoy en día entorno a la educación. Llamó mi atención una escena en la que el profesor realiza un alegato a favor de la lectura como medio casi obligatorio para preservar nuestras mentes;
    "Los poderes de quienes debemos ser, trabajan duro, atontándonos hasta la muerte. Entonces, para defendernos y luchar para no asimilar este atontamiento en nuestros malditos procesadores mentales, tenemos que aprender a leer. Para estimular nuestra propia imaginación. Para cultivar nuestra propia conciencia, nuestro sistema de creencias. Todos necesitamos estas habilidades. Para defendernos. Para preservar nuestras mentes".
    Les está pidiendo encarecidamente a los alumnos que sean libres, que piensen por sí mismos, que no se dejen caer en la sociedad porque acabarán siendo víctimas de ella. Les está pidiendo que se revelen a través de la lectura.

    Dejo aquí el enlace a la película en inglés por si alguien está interesad@ (aunque dura, muy recomendable como crítica).


    http://www.youtube.com/watch?v=R3A7L24S9oU

    (la escena que he mencionado se encuentra alrededor del minuto 42aproximadamente).

    Un saludo,

    María Brea Moreno (3º de Educación Primaria UPC)

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  5. Nuevamente aparece la lectura como tema principal, ya que como bien está escrito en la reflexión, somos los encargados de enseñar a escribir y leer, pero también es cierto que cada vez los niños leen peor y así son incapaces de razonar lo que leen.

    Mi opinión es clara, y conforme a lo leído en esta reflexión, no dudo en que debemos cambiar la monotonía que existe en la educación con respecto a las lecturas que deben realizar los niños, ya que está claro que deben conocer la grandes obras maestras de nuestra literatura, pero está bien con conocerlas y saber de lo que tratan, no con leerlas enteras, por eso basta con las “Antologías”, ya que la mayoría son muy pesadas para la lectura de un niño. Entonces deberíamos cambiar estos libros por otros que llamen la atención a los niños, que provoque su interés, que sean esos libros que no puedes dejar de leer, porque te atrapan, ese es el objetivo de enseñar leer y al que en la educación no se está llevando a cabo.

    El profesor es una parte fundamental como dije anteriormente, pero este debe estar dispuesto, interesado y capacitado a enseñar a los niños varias de las obras que consigan el interés y sobre todo que aprendan a pensar, como por ejemplo con el cuento de caperucita, que al llevárselo tan pronto a sus manos junto a sus varias versiones hace pensar al alumno la distinta literatura que existe, que siempre habrá un libro perfecto para nuestro gusto, ya que hay millones de libros y debemos encontrarlos. Para ello primero debemos dejarnos guiar por lo consejos, como tu bien dices, pero luego ya tenemos nuestra propia experiencia y nos guiaremos por los autores o los comentarios críticos de premios, autores y demás.

    A fin de cuentas la lectura debe ser realizada por gusto y enseñarles que pueden leer lo que quieran y que existen gran variedad de libros, es algo esencial para conseguir que lean por placer.

    ENRIQUE HIERRO MAMBRILLA
    2º MAGISTERIO PRIMARIA
    GRUPO 222

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  6. Hola Ana María,

    El trabajo de un profesor de lengua y literatura me parece muy importante a lo largo de las etapas de los estudiantes. Como has mencionado, se os hace un trabajo difícil el poder en encontrar un libro que guste, llame la atención y encima haga pensar a los niños y adolescentes que tienes en el aula.

    Debo reconocer, que muchos de los libros que has nombrado en esta entrada han supuesto un tiempo de dificultad y pesadez personal, y que incluso al leer el título ahora mismo no me ha traído buenas sensaciones. Me pregunto porqué sucede esto.

    Quiero pensar que, como dices, se trata de la distancia que existe entre el tiempo que se escribió la obra y el momento actual que vivimos, y no por haber pasado un mal rato mientras que por obligación, lo tenía que leer.

    Está claro que leer estas obras te hace acercarte a unos puntos de vista que con otro tipo de obras no podrías acceder, pero me gustaría que en lugar de mandar una obra de esta clase y después pedir un resumen y reflexión, se trabajara de manera más dinámica en el aula haciéndonos entender mejor el vocabulario y haciéndonos partícipes de esa gran obra que en esos momentos no apreciamos ninguno.

    Un saudo,

    Marta Ganivet
    2º Ed. Infantil
    Grupo: 211, UAM

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